Manchester United sufrió su cuarta derrota seguida contra Newcastle: Lisandro Martínez cometió un error y Garnacho sigue sin brillar.

Publicado: 31 / 12 /2024

La historia se repite en Old Trafford, el templo del fútbol y la grandeza, que esta vez fue testigo de un descalabro que dejará huellas. El Manchester United sucumbió, como un gigante herido, ante el Newcastle United, que se impuso con autoridad 0-2 en la jornada 19 de la Premier League. Los goles de Alexander Isak a los 4 minutos y la aparición indiscutible del brasileño Joelinton a los 19, activaron el profundo estruendo de la decepción en la afición local.

El segundo gol, un tremendo letal que dejó en evidencia a Lisandro Martínez, quien asumió la capitanía del equipo dirigido por Ruben Amorim. El argentino, un baluarte en la defensa, sucumbió ante la anticipación del mediocampista rival y fue sustituido tras una hora angustiante. Mientras tanto, Alejandro Garnacho solo pudo dejar sentir su presencia unos minutos en el campo, un atisbo de lo que fue su brillantez, aunque aún con la pólvora mojada y sumando ya tres partidos sin marcar.

El United, quebrado, intentó con todas sus fuerzas, pero la suerte no estaba de su lado. En una de sus pocas aproximaciones, el juvenil Leny Yoro falló en el intento de descontar y dejó en la cuerda floja las esperanzas de los hinchas. A su vez, Newcastle mostró una solidez defensiva que, combinada con la agudeza en ataque, les ha catapultado al quinto puesto de la tabla, con 32 puntos y a solo tres de ocupar un lugar en la ansiada Champions League, una meta a la que aspiran con ardor.

Lisandro Martínez fue titular y
Lisandro Martínez fue titular y capitán en el Manchester United (Reuters/Lee Smith)

Con esta derrota, el Manchester United no solo se enfrenta a la vergüenza de haber encadenado cuatro caídas consecutivas, sino que desploma su prestigio hasta el puesto 14 de la clasificación, acumulando miserables 22 puntos y cada vez más cerca de la temida zona de descenso. ¿Qué ha pasado con un club que solo un tiempo atrás albergaba sueños de gloria?

Este lío no solo pone en jaque la posición del equipo en la tabla, sino que también intensifica la presión sobre el cuerpo técnico y los futbolistas. Las críticas reverberan en cada rincón del estadio y la incertidumbre se cierne sobre el futuro del club, que se encuentra en una senda oscura y resbaladiza que exige decisiones drásticas para detener este ciclo de frustraciones.

Mientras tanto, el Newcastle, bajo la dirección de Eddie Howe, levanta su bandera de guerra y sus aspiraciones de clasificar a la Champions League parecen cada vez más realizables. Un hito que no solo marcaría su historia, sino que también solidificaría su reputación en el fútbol británico. Las Urracas, con un juego equilibrado y efectivo, han puesto de manifiesto su intención: están dispuestas a pelear con garras por su lugar entre los grandes. La pregunta recorre el aire: ¿Quién se atreverá a detener su avance?



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